Friday, February 19, 2010

Gaby Espino


Gaby Espino fue Manuela Dávila en ‘Más sabe el Diablo’. Ella es la abogada, novia de Martín Acero (villano interpretado por Miguel Varoni), que le da la oportunidad a Ángel Salvador (Jencarlos Canela) de comenzar una nueva vida sin imaginar que él llegaría a ocupar un lugar especial en su corazón.

Todos los personajes requieren de un gran esfuerzo, de meterles el corazón, de actuar y bien, esto es un privilegio, una responsabilidad. Con esa gran vocación y pasión por su trabajo, a la bella actriz venezolana la hemos visto en muchas telenovelas y nos ha cautivado al reunir lo dicho anteriormente. Y su personaje de Manuela Dávila es mucho más maduro que sus anteriores.

A pesar de todo lo que ha sufrido en pantalla, la vida es hoy dulce para la actriz Gaby Espino, quien está viviendo uno de los mejores en su vida con su reciente maternidad. Ha sido calumniada, atacada, humillada, despreciada y, finalmente, adorada por el galán de sus sueños en un sinfín de telenovelas, desde 'Enamorada' y 'Amantes de Luna Llena' hasta 'Rebeca,' donde tuvo el papel que toda heroína sueña y que la consagró como actriz de verdad, pues interpretó a la villana. En el 2005 tuvo una incursión en el cine con su interpretación de Laura en la película 'La mujer de mi hermano.'

En enero del 2008, la vida de Gaby Espino dio un vuelco total cuando anunció que dejaba la telenovela ‘El engaño’, que apenas se comenzaba a grabar en México con Telemundo, debido a que esperaba a su primera hija. Ahora, la actriz venezolana se encuentra en Miami, nuevamente trabajando para Telemundo en ‘Más sabe el Diablo’.

María Gabriela Espino Rugero, mejor conocida como Gaby Espino, está viviendo uno de los momentos más plenos de su vida no sólo como actriz, sino también como mujer y, sobre todo, como mamá. Actualmente Gaby se separó de su esposo, también actor y modelo Cristóbal Lander, aunque del matrimonio les queda su hija Oriana Lander Espino, que nació el 9 de julio del 2008, y Gaby describe a su hija como "lo más hermoso que he hecho en mi vida".

-Háblanos de Manuela, tu personaje en la telenovela ‘Más sabe el Diablo’...
Es una profesional que disfruta mucho de su trabajo. A pesar de que su familia tiene mucho dinero, ella ha decidido comenzar de cero y forjarse una carrera. Tiene una personalidad muy bien definida, sabe lo que quiere y defiende lo que cree. No es el personaje femenino típico de las novelas, es una persona con mucha fuerza y en control de su vida'.

-¿Qué similitudes tienes con este personaje?
Es luchadora, apasionada, noble y está enamorada de la vida, como yo. Mi vida entera ha cambiado con la maternidad. Estoy muchísimo más feliz que antes y creo que ahora que soy madre soy una mujer mucho más completa. Amo mi carrera, lo mismo que a mi familia y mi vida personal. Quiero seguir llevándolas paralelamente pero con sus espacios separados.

-¿Cómo logras darle ese sentimiento tan apropiado a cada escena?
Te puedo decir que el libreto esta increíble. Esta servido así, como en bandeja de plata, y tenemos una escritora maravillosa que nos ayuda en la interpretación. Yo estoy feliz gozando muchísimo y con estos dos actores a mi lado, encantadísima. El triángulo amoroso quizás es una parte esencial de la telenovela, estas son las exigencias que con lleva el personaje de Manuela Dávila.

-¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de personificar a Manuela?
Creo que lo más difícil de este personaje es la dualidad de sentimientos. En realidad está enamorada de Martín, pero conoce a Ángel, con el tiempo va descubriéndolo a él y se va dando cuenta de que el amor es diferente, que no era lo que ella creía. Empieza a vivir momentos especiales con Ángel, pero al mismo tiempo siente muchas cosas por Martín, una persona maravillosa y ella se siente muy culpable de haber traicionado esa relación. Es como poner las cosas en una balanza y ver qué decisión tomar. Pero es rico un personaje así, tiene tantos conflictos internos, pero lo estoy disfrutando muchísimo. Es una historia súper linda y estoy segura que les va a encantar.

-¿Cómo te sientes trabajando al lado de Miguel Varoni y Jencarlos Canela?
Los dos son actores muy diferentes, pero son personas que me aportan cosas todos los días y aprendo muchísimo de ellos. Hemos logrado una química maravillosa los tres, y los personajes nos han salido muy fáciles porque nos apoyamos mucho y mantenemos una buena comunicación.

-¿Qué sientes tú y el resto del equipo de trabajar en una gran producción como ‘Más sabe el Diablo’?
Estamos supercontentos. Tenemos una autora espectacular y me encanta la manera en que está escrita. Los textos son deliciosos y la historia es muy completa. Además, el elenco es divino. De un lado está la experiencia de Miguel, que como actor y director es una gran ayuda en todo momento. Y, del otro, Jencarlos, que tiene un talento increíble y su entusiasmo en el trabajo es contagioso.

-¿Cómo empezaste tu carrera artística?
Empecé muy chica en ‘Nubeluz’, fue una etapa muy linda en mi vida donde aprendí mucho. Nunca tomé la decisión de ser actriz pero creo que una vez me subí al ruedo no pude bajarme de ahí.

-¿Fue difícil entrar en televisión?
Para mí fue fácil, partiendo de que a mí me buscaron, me llamaron, yo no fui a hacer ninguna audición, lo difícil ha sido mantenerme en un buen nivel en esta carrera.

-¿Qué sientes cuando actúas?
Siento pasión y entrega. Tener que desdoblarte y convertirte en un personaje, muchas veces ajeno a tu idiosincrasia, principios y actitudes, hace que cada vez que me enfrente a un papel la emoción por representarlo aumente y los deseos por hacer de la actuación un hecho que me convenza a mí y que le guste al público me mantiene muy ocupada. Es algo apasionante, pero de una complejidad extrema. Es difícil trabajar con tu cuerpo, emociones y sensaciones. Siento que actuar pudiera ser un bien público, porque mantiene y recrea los sueños de la gente y saber que somos partícipes y artífices de lo que llamamos la fábrica de sueños es fascinante. Formamos parte de una especie de liturgia.

-¿Cómo te sientes en este momento de tu vida?
Sinceramente, en estos momentos de mi vida no puedo quejarme. Tengo una hija maravillosa (que es lo más hermoso que he hecho en mi vida), y ahora también disfruto de un personaje que me han servido en bandeja de plata, y con estos dos actores (Miguel Varoni y Jencarlos Canela) estoy feliz y honradísima, sobre todo, de ver el interés del público por este nuevo proyecto.

-Habías dejado apartada tu profesión por estar al lado de tu hija...
Ya me hacía falta volver. Me siento feliz de poder regresar y hacer lo que amo, y que el público me haya esperado. Me hacía mucha falta regresar al trabajo que me apasiona. Y ahora estoy en Miami.

-¿Qué hiciste en el tiempo que estuviste retirada de la televisión por tu embarazo?
Estuve un año entregada a mi casita, a mi familia, dedicada a mi embarazo, con mi esposo. No sabes lo feliz que estoy. Estoy contentísima.

-Iniciaste tu carrera como actriz en la telenovela para adolescentes ‘A todo corazón’, en la que interpretaste a Natalia. Y a pesar del éxito obtenido, decidiste dejar el medio y comenzaste a estudiar medicina, ontología y, finalmente, terminaste tres semestres de publicidad antes de volver a la actuación...
Me di cuenta de que realmente amo esta carrera. Como yo hacía comerciales desde niña, y luego comencé en las telenovelas muy joven, creo que sentí la necesidad de explorar otras opciones, pero al final, descubrí que me encanta mi profesión.

-¿Qué extrañas de la telenovela venezolana?
A mi gente, a las grandes producciones, a los grandes escenarios naturales y a los grandes guiones.

-¿Cómo ves la evolución de la telenovela en Venezuela?
Han decaído mucho todos los presupuestos, la producción y las historias.

-‘A todo corazón’ fue una serie en Venezuela de muchísimo éxito de la cual han salido grandes talentos de la actuación venezolana, ¿que experiencias viviste en esta serie?
Aprendí mucho ahí, ‘A todo corazón’ representa mi primer trabajo actoral y protagónico. Tuve la gran suerte de que fuera una serie que tuvo mucho éxito y eso me ayudó mucho para continuar en el futuro.

-Llegaste a Colombia con ‘Luna, La Heredera’, ¿cómo te adaptaste a ese país?
Trabajar en Colombia fue una gran experiencia, los equipos artísticos y técnicos tienen mucho nivel y mucha creatividad. Para mí fue muy importante tanto la experiencia con ‘Luna, La Heredera’ con Caracol, como cuando regresé a hacer ‘Sin Vergüenza’ con RTI-Telemundo. Me encantan las historias colombianas y su modo de hacer televisión.

-¿Cómo fue tu adaptación cuando hiciste en México, en Televisa, la telenovela ‘Mundo de Fieras’?
México y Televisa fueron una gran enseñanza para mí. Televisa es la primera productora de contenidos y de dramáticos de televisión en español y trabajar ahí fue una experiencia inigualable.

-¿Cómo manejas las situaciones cuando se habla de tu vida privada?
En todos los lugares es muy parecido. Yo sé que soy una figura pública y desde muy chica estoy en el medio y creo saber manejar muy bien todas las situaciones que se me presentan.

-Te han vinculado sentimentalmente con el protagonista, Jencarlos Canela, ¿es cierto los rumores en los que se afirma que mantenéis una relación sentimental?

Ya me acostumbre que siempre me involucren, es por la magia de la televisión que la gente se la cree, pero no, somos buenos compañeros; él es súper talentoso y hemos hecho un grupo bien padre como de familia, pero no pasa nada.

-El apuntador es indispensable para trabajar en algunas telenovelas de Televisa y Telemundo, ¿crees que ésta herramienta es favorable para una actriz a la hora de interpretar?
Soy una actriz a la que le gusta prepararse para los roles que interpreta, no me gusta el apuntador, pero cuando hay que usarlo porque la producción lo exige, lo hago con la seriedad que toque. Al fin y al cabo, es también una técnica, que a mí no me gusta y creo que mata un poco la naturalidad y la frescura de los parlamentos que interpretamos, pero no significa que no sea válido dentro de una producción determinada.

-¿Cómo neutralizaste los acentos en tus inicios?
Yo creo que tengo muy buen oído para los acentos y nunca he sufrido tanto con ese tema, porque a mi modesto parecer, soy muy dúctil en ese sentido, entonces para mí no ha sido el “problema” como para algunos de mis compañeros. El acento es algo que debes dominar para poder trabajar, para accionar con fluidez en este medio.

-¿Qué herramientas utilizas para preparar a tus personajes?
Investigo todo lo relacionado con la psicología del personaje a interpretar, su pasado y su presente, su familia, su trabajo, su psiquis, su comportamiento, su manera de expresarse y a partir de esta investigación concibo y creo junto al director el personaje a interpretar. No obstante no hay que mirar dentro del personaje, hay que estudiarlos desde afuera hacia adentro, que parezca que la actuación es fácil, que no lo es, pero que a la vez resulte sencillo. Hay que estudiar mucho antes, para no sufrir en el set.

-En el cine muchas actrices hacen desnudos con personajes importantes dentro de la trama, ¿qué opinas sobre los desnudos?
Ya me desnudé en ‘La mujer de mi hermano’, es incómodo pero necesario, uno tiene que aprender a entender que se desnuda el personaje que estás interpretando. Es mi profesión y en su momento tengo que asumirlo.

-Para una actriz que tiene tanto éxito, ¿esto puede llegar a desestabilizar emocional y personalmente a un actor?
Yo creo que sí, es muy fácil perder el piso. Pero no es mi caso, tengo muy claro que todo lo que sube baja, así que no hay que creerse nada. Espero que cada trabajo que interpreto esté hecho con amor, respeto, calidad y responsabilidad, que se vea un progreso a nivel actoral, que mi familia toda esté saludable y que el amor siempre cobije mi vida, y por supuesto tener mucho trabajo.

-¿Hay algo que te molesta por dedicarte a esta profesión?
Lo único que me molesta es tener que dejar, aunque sea por unas horas, a la pequeña Oriana. Pero así somos las mamás de hoy. Tenemos que salir a la calle a trabajar. Cuando no estoy trabajando, trato de tener a mi bebé conmigo, y de darle calidad de tiempo, que es lo más importante. Todas las mujeres que somos mamá y a la vez profesionales, tenemos ese reto.

-Durante tu embarazo engordaste 25 libras (11 kilos), ¿cómo has hecho para recuperar tu figura?
Gocé esa etapa, porque me di gusto comiendo, pero subí de peso y aún sigo tratando de recuperar la figura. Y aunque aún no lo he logrado, salta a la vista que el régimen de ejercicios y la dieta balanceada me han dejado mejor que antes.

-¿Qué significa ahora tu hija Oriana en tu vida?
Una hija es algo maravilloso, el regalo más grande que me ha dado la vida.

-¿Y cómo organizas tu tiempo para pasar más tiempo con tu hija, a pesar de las duras grabaciones de la novela?
Pese al trabajo y al intenso horario de grabaciones estoy muy tranquila. Tengo una excelente ayuda, además de mi esposo: una nanny que está con nosotros desde que nació Oriana, una persona maravillosa que la adora. Y como estamos muy cerquita de los estudios, en cualquier momento me doy un saltito a la casa, le doy un beso y regreso.

-¿Qué planes futuros tienes después de finalizar las grabaciones de esta novela?
Pienso descansar un poco para dedicarme a mi bebé antes de empezar un nuevo proyecto. En el futuro me voy a tomar un poco más de tiempo entre proyecto y proyecto, pero seguiré como actriz exclusiva de Telemundo. La compañía me ha dado muchísimo apoyo. Cuando dejé ‘El engaño’ me dijeron que me fuera tranquila a disfrutar de mi maternidad. Les estoy muy agradecida por lo que hicieron por mí, y ahora me ofrecieron este proyecto maravilloso. Cuando ya estuve lista para volver fue como si ya hubieran tenido esta novela esperándome. Y para mediados de este año, comenzaré las grabaciones de una nueva novela.

-Ahora que Telemundo tiene una alianza con Televisa, ¿te gustaría regresar a México para grabar una novela?
No cierro las puertas y me encantaría siempre estar dentro de las propuestas de proyectos. Con la alianza que tienen Televisa y Telemundo hay más posibilidades de trabajo para todos.


Gaby Espino fue Manuela Dávila en ‘Más sabe el Diablo’:

Corazón dulce entre ángeles y diablos. Manuela es una mujer hermosa, agradable, sencilla y dulce, con un alto sentido social que demuestra a través de su debilidad por los necesitados y los desvalidos, a quienes se ha empeñado en ayudar usando su profesión de abogada.

Hija de una acomodada familia lana y la consentida de su padre Aníbal Dávila. Ella es abogada como su papá, graduada en Nueva York y al terminar su carrera, abrió un bufete privado junto a Horacio García, un socio que conoció en el edificio de apartamentos donde vive y con quien comparte una pequeña oficina.

Conoce a Miguel desde que era una niña, pues Aníbal se encarga de ayudarle a la madre de él desde la muerte de su esposo, cuando Miguel era sólo un adolescente. Debido a la cercanía de las familias y los continuos encuentros en los eventos que organizaban, termina involucrada sentimentalmente con él, en un compromiso por el cariño que hay entre ellos pero al que le falta la pasión y la fuerza del deseo. Manuela aún no ha conocido el amor verdadero.

Ella se comprometió con Miguel 8 meses atrás, convencida de una relación tranquila y segura, a pesar de que era consciente de que con él buena parte de su vida la pasaría sola, pues su futuro esposo es obsesivo con su trabajo y ocupa mucho tiempo a cargo de su negocio.

En ejercicio de su cargo como abogada, se convierte en la representante de Ángel, con quien poco a poco va acercándose y revelando sentimientos que no conoce. El joven despierta su interés por ser un hombre fascinante, lleno de ternura y misterios, todo lo que ella sabe que le falta a su prometido, al punto de poner en duda su determinación de casarse.

Para su tristeza, cuando le habla a Ángel de su decisión, él se aleja y la aparta de su vida, razón por la que termina casándose con Miguel como reacción a su despecho. Lo que Manuela no sabe es que el hombre que realmente ama, se fue de su lado para protegerla porque pertenece a una banda criminal de la que su prometido es el líder anónimo. Manuela, ni en la peor de sus pesadillas imagina el temidísimo “Hierro”, es el hombre que duerme cada noche a su lado en la cama.