Al principio, Alfonso Herrera ("Rebelde") tomó la interpretación como un juego, pues desde niño su pasión era volar y su sueño, convertirse en piloto. De hecho, terminado el colegio, el actor iba a ingresar en una escuela de aviación, pero finalmente las circunstancias de la vida lo llevaron por el camino de la actuación, algo que terminó convirtiéndose en su verdadera pasión.