Rolando Tarajano dice que seguir viviendo es su mayor proyecto, quien ha dedicado 25 años a actuar. Tomó la decisión de no volver a Cuba e hizo de Colombia su otro refugio, donde tiene planes de volver a la dirección de teatro.
Llegó a Colombia, invitado por el director de televisión Alí Humar, hace 10 años para protagonizar la telenovela ‘Tabú’, pero después de esa experiencia le siguieron llamando y se quedó.
En la isla era un actor conocido y se vislumbraba como uno de los más talentosos directores de teatro, pero la dictadura le hizo tomar la drástica decisión de no volver a entrar a ese lugar nunca más.
Ahora interpreta al Doctor Burgos en ‘A corazón abierto’, y prepara su primer libro sobre cuentos y también planea dirigir teatro.
-Rolando, ¿cómo te sientes interpretando al Doctor Burgos?
Como un equilibrista. Convencer a la gente de que le estoy abriendo el pecho a alguien y trasplantando un corazón, es difícil. Un personaje como este sólo es posible con una buena combinación de estudio e imaginación y eso es lo que utilizo a diario.
-A veces te falta carácter, ¿no?
Este no es un héroe de acción. Burgos ha tenido cambios fuertes en la historia. Enfrenta un divorcio y por ende una soledad que quiere componer con felicidad. Le gusta vivir en pareja y hace lo imposible por manejar a Cristina, por eso se ve a veces muy noble y vulnerable.
-¿Qué tipo de anécdotas médicas has tenido con este personaje?
La del corazón de plástico que comenzó a latir por efectos especiales y pegué tal brinco del susto que la gente en el quirófano tuvo que pedir un tiempo para reírse.
-¿Te has practicado alguna cirugía?
Sí, he tenido que diseccionar a algunas personas de mi vida con delicada maniobra quirúrgica y aplicando una constante hemostasia para que no haya mucha pérdida de sangre.
-¿Cuántos años has dedicado al oficio de actor?
Al rededor de 25, desde que entré al mundo profesional.
-¿Por qué opta por este medio?
No sé. Crear un personaje es cada vez más fascinante. El actor con talento, mientras más edad tiene, más recursos tiene para trabajar.
-¿Qué tanta popularidad alcanzaste en Cuba?
Alcancé a protagonizar con éxito. En los 90 me buscaban para papeles importantes. Era uno de los directores jóvenes más destacados. Gané bastante popularidad, pero la situación en Cuba estaba cada vez más llevada del putas, así que todos los actores soñaban con escapar para trabajar fuera del país. Es una realidad que tengo que contar sinceramente.
¿Cuándo toma la decisión de no volver?
Una vez entré de vacaciones con mi esposa y mi hijo y una funcionaria de cultura me dijo: 'cuidado un día te van a retener a tu hijo, pues cumple edad militar y ya no podrás sacarlo de aquí con libertad'. No estoy en contra del servicio militar en ningún país, pero sí de una dictadura militarizada. Así que mi esposa, mi hijo y yo decidimos desertar oficialmente. Fue duro, pero mas duro es renunciar a la libertad.
-Tienes fama de buen lector, ¿cuántos libros te lees al año?
Unas cinco novelas o libros literarios. Nunca leo libros de superación o de enseñanza de vivir. Sé que son un hit, pero me aburren, me pierdo en su discurso.
-¿Cómo va tu libro ‘Sexo salvaje’?
Bien. Tengo una propuesta de edición y diseño en Barcelona. Es algo muy bueno para mí. Lanzaré mi libro en una buena fiesta. Ese día nadie tiene que leer, sino sólo beber.
-¿Por qué nace la necesidad de expresarse en la escritura?
Siempre fue una pasión. Se lo debo a mi madre. Ella leía incansablemente.
-¿Cómo te va con las mujeres?
Soy lo suficientemente tímido para atraer a las mujeres y lo suficientemente conversador para mantenerlas a mi lado el tiempo que me dé la gana.
-Tu relación con tu esposa se ha manejado a distancia, ¿no crees que es cierto aquello de que amor de lejos felices los cuatro?
Bueno, también puede decirse: amor de lejos: felices los seis, más abundancia (risas). La extraño mucho. Es algo que tengo que solucionar, pero la adoro con toda la fuerza de mi corazón.
-¿Cuál es el vicio que no has podido dejar?
Fumaba casi dos cajas de cigarrillos diarios. Me estaba matando. Me despertaba en la mañana a fumar, no a vivir. Hace un año le dije adiós definitivamente. No tengo vicios.
-¿A qué santo le rezas?
A la patrona de los cubanos, la virgen de la caridad del cobre Oshun.
-¿Qué tipo de mujer te enloquece?
La mujer que sonría con los ojos me puede enloquecer.
-¿Qué te saca de quicio?
Las filas. Tuve que hacer muchas filas de niño en el comunismo para comerme una pizza. Mi hermanita y yo nos desmayábamos en las filas.
-¿Cuál es tu proyecto de vida?
Seguir viviendo es mi mayor proyecto.
Llegó a Colombia, invitado por el director de televisión Alí Humar, hace 10 años para protagonizar la telenovela ‘Tabú’, pero después de esa experiencia le siguieron llamando y se quedó.
En la isla era un actor conocido y se vislumbraba como uno de los más talentosos directores de teatro, pero la dictadura le hizo tomar la drástica decisión de no volver a entrar a ese lugar nunca más.
Ahora interpreta al Doctor Burgos en ‘A corazón abierto’, y prepara su primer libro sobre cuentos y también planea dirigir teatro.
-Rolando, ¿cómo te sientes interpretando al Doctor Burgos?
Como un equilibrista. Convencer a la gente de que le estoy abriendo el pecho a alguien y trasplantando un corazón, es difícil. Un personaje como este sólo es posible con una buena combinación de estudio e imaginación y eso es lo que utilizo a diario.
-A veces te falta carácter, ¿no?
Este no es un héroe de acción. Burgos ha tenido cambios fuertes en la historia. Enfrenta un divorcio y por ende una soledad que quiere componer con felicidad. Le gusta vivir en pareja y hace lo imposible por manejar a Cristina, por eso se ve a veces muy noble y vulnerable.
-¿Qué tipo de anécdotas médicas has tenido con este personaje?
La del corazón de plástico que comenzó a latir por efectos especiales y pegué tal brinco del susto que la gente en el quirófano tuvo que pedir un tiempo para reírse.
-¿Te has practicado alguna cirugía?
Sí, he tenido que diseccionar a algunas personas de mi vida con delicada maniobra quirúrgica y aplicando una constante hemostasia para que no haya mucha pérdida de sangre.
-¿Cuántos años has dedicado al oficio de actor?
Al rededor de 25, desde que entré al mundo profesional.
-¿Por qué opta por este medio?
No sé. Crear un personaje es cada vez más fascinante. El actor con talento, mientras más edad tiene, más recursos tiene para trabajar.
-¿Qué tanta popularidad alcanzaste en Cuba?
Alcancé a protagonizar con éxito. En los 90 me buscaban para papeles importantes. Era uno de los directores jóvenes más destacados. Gané bastante popularidad, pero la situación en Cuba estaba cada vez más llevada del putas, así que todos los actores soñaban con escapar para trabajar fuera del país. Es una realidad que tengo que contar sinceramente.
¿Cuándo toma la decisión de no volver?
Una vez entré de vacaciones con mi esposa y mi hijo y una funcionaria de cultura me dijo: 'cuidado un día te van a retener a tu hijo, pues cumple edad militar y ya no podrás sacarlo de aquí con libertad'. No estoy en contra del servicio militar en ningún país, pero sí de una dictadura militarizada. Así que mi esposa, mi hijo y yo decidimos desertar oficialmente. Fue duro, pero mas duro es renunciar a la libertad.
-Tienes fama de buen lector, ¿cuántos libros te lees al año?
Unas cinco novelas o libros literarios. Nunca leo libros de superación o de enseñanza de vivir. Sé que son un hit, pero me aburren, me pierdo en su discurso.
-¿Cómo va tu libro ‘Sexo salvaje’?
Bien. Tengo una propuesta de edición y diseño en Barcelona. Es algo muy bueno para mí. Lanzaré mi libro en una buena fiesta. Ese día nadie tiene que leer, sino sólo beber.
-¿Por qué nace la necesidad de expresarse en la escritura?
Siempre fue una pasión. Se lo debo a mi madre. Ella leía incansablemente.
-¿Cómo te va con las mujeres?
Soy lo suficientemente tímido para atraer a las mujeres y lo suficientemente conversador para mantenerlas a mi lado el tiempo que me dé la gana.
-Tu relación con tu esposa se ha manejado a distancia, ¿no crees que es cierto aquello de que amor de lejos felices los cuatro?
Bueno, también puede decirse: amor de lejos: felices los seis, más abundancia (risas). La extraño mucho. Es algo que tengo que solucionar, pero la adoro con toda la fuerza de mi corazón.
-¿Cuál es el vicio que no has podido dejar?
Fumaba casi dos cajas de cigarrillos diarios. Me estaba matando. Me despertaba en la mañana a fumar, no a vivir. Hace un año le dije adiós definitivamente. No tengo vicios.
-¿A qué santo le rezas?
A la patrona de los cubanos, la virgen de la caridad del cobre Oshun.
-¿Qué tipo de mujer te enloquece?
La mujer que sonría con los ojos me puede enloquecer.
-¿Qué te saca de quicio?
Las filas. Tuve que hacer muchas filas de niño en el comunismo para comerme una pizza. Mi hermanita y yo nos desmayábamos en las filas.
-¿Cuál es tu proyecto de vida?
Seguir viviendo es mi mayor proyecto.