La actriz Andrea Montenegro, a la que vimos recientemente en ‘El Clon’, nos abre su corazón desde su refugio en Colombia. La disfrutamos como la atormentada María Pía de ‘El Zorro’ y ahora nos reímos con su simpática Nazira de ‘El Clon’. “Aprendí a colocarme el pañuelo en la novela”, comenta Andrea.
Cabe destacar que la actriz coincide en ‘El Clon’ con Abel Rodríguez (Enrique), padre de su hija Muriel. La peruana confiesa que hubo un tiempo que pintaba hasta la obsesión a su hija. La actriz asegura que ha hecho muchas locuras por amor y que no se arrepiente de ello.
Entre trabajo y trabajo, no descuida el terreno personal, su familia, su hija Muriel, de seis años, y su nuevo amor, el empresario colombiano Alejandro Salvino del que prefiere no hablar: “Cuando una relación está empezando, como la nuestra, lo más saludable es no pronunciarse sobre ella”.
-Andrea, ¿qué has aprendido de Nazira?
He redescubierto a la mujer porque, aunque es verdad que las musulmanas están relegadas a un segundo plano, en su cultura se destaca la feminidad. Vivimos en una sociedad en la que nos hemos atribuido funciones más masculinas y ya ni siquiera queremos tener hijos.
-¿Has conocido el machismo en tu profesión?
Sí, y el feminismo. Ninguno de los dos son buenos. Todavía hay quienes buscan un hombre rico para que las mantenga y existen métodos para inhibir la menstruación. Me parece horrible. La feminidad es un poder y hay que fomentarlo.
-¿Cómo lo fomentas tú?
A través de las artes y la maternidad, que son formas claras de poder exponer ese lado nuestro, no vulnerable pero sí delicado.
-Te has decantado por la pintura, ¿por qué motivo?
Me he dedicado a ella desde pequeña por culpa de una tía que también le da al pincel. Una vez dejé de pintar durante cuatro años porque consideré que debía centrarme en la actuación, pero siento que es tiempo de compaginarlo.
-Da la sensación de que la interpretación no te llena...
La actuación está supeditada a las ofertas de trabajo, la pintura puedes desarrollarla en soledad, sin depender de nadie. Además, me considero más artista plástica que actriz, por eso a veces me siento más identificada con la pintura y la necesito.
-Tu personaje en ‘El Clon’ sueña con casarse, ¿el matrimonio también está en tu pensamiento?
Sí, porque el ser humano debe estar complementado. Eso de “nací para vivir sola” no va conmigo.