Priscila acusa injustamente
a Nacho de intentar violarla 

Priscila y Silvana enfurecen al enterarse de que Agapita, Teodoro y Fabián están vendiendo sus vestidos por el valor de diez veces más del dinero que las dieron a ellas por los vestidos. Y Priscila no soporta que su tía Lorenza no quiera comprarla un costoso vestido de novia para su matrimonio con Marcelo. Por esto, Priscila y Silvana le reclaman a Doña Agapita y Don Teodoro por vender un precio tan desorbitado sus vestidos, exigiéndoles que las den más dinero y, como éstos se oponen, Silvana boicotea las ventas de los vestidos, diciendo que esa ropa ya fue usada por ella y su hija Priscila y diciéndoles que les están pidiendo más dinero del que cuestan esos vestidos. Por la noche, Priscila escucha como Nacho le dice a los demás empleados que está cansado de Priscila y Silvana y que le contará a Marcelo todo lo que han hecho en su ausencia, ya que cree que Marcelo se está equivocando al casarse con Priscila. Por eso, Priscila se inventa que se la estropeó el baño, para llevarle hasta allí su cuarto y seducirle y, cuando él comienza a besarla, Priscila comienza a gritar como una histérica y acusa a Nacho de intentar violarla y, de este modo, vengarse de él. Y al día siguiente, Nacho es detenido por la policía.
Nacho tiene que dejar de trabajar para Doña Lorenza
Lorenza le pide a Priscila que recapacite y que no le denuncie a Nacho porque ella cree que jamás abusaría sexualmente de ninguna mujer. En la cárcel, Nicolasa visita a Nacho para reclamarle que haya intentado violar a Priscila, sin importarle que está viviendo con ella y que tienen una hija, pero él la pide que no desconfíe de ella porque él en ningún momento quiso abusar de Priscila. Pero, como Nicolasa sigue criticándole; Nacho la exige que la deje en paz, echándola de la celda donde está prisionero. Como el Comisario Romero no tiene pruebas suficiente en contra de Nacho; él es puesto en libertad. Tras el problema con Priscila; Nacho decide dejar de trabajar en la hacienda de Doña Lorenza y emplearse en la mina del pueblo, pero la relación entre Nacho y Nicolasa es insostenible porque están discutiendo continuamente porque a ella todo le molesta y siente celos en todo momento, ya que Nacho por las noches va a una cantina llena de borrachos donde le es infiel a Nicolasa con otras mujeres. Mientras que, Priscila enfurece al enterarse de que su amado Marcelo retrasará su regreso a Horneros porque se retrasó el lanzamiento de un libro que él mismo escribió, pero Silvana la tranquiliza diciéndola que ahora tendrán más tiempo para conseguir el vestido de novia. Como Nicolasa no ha regresado a trabajar con Doña Regina; ésta contrata a Molly como su empleada, y sus hijos están encantados porque es una jovencita muy bella y provocativa. Pasado un tiempo, Romano y Renato se quedan sorprendidos al ir al alto del yunque, donde vivía Aquiles Barraza y descubrir que derrumbaron ese casón viejo, para construir una nueva gran casa, que desconocen quién vivirá allí. En la capital, Lola se da cuenta de que Marcelo escribió un libro que se ha convertido en todo un éxito.
Silvana y Priscila intentan convencer a Lorenza para que venda la finca
Aunque Silvana y Priscila intentan convencer a Lorenza para que venda la finca y se vayan a vivir a la capital; ésta se opone a dejar su hacienda y a sus vacas. Y Silvana y Priscila decoran la casa para recibir a Marcelo, que se queda sorprendido por las extravagancias de Priscila y Silvana. Y Marcelo llega acompañado de su amigo Luis. Ajena a esto, Lola regresa en avión con su tía Marta a la casa. Mientras que, René sigue con sus experimentos y con su creación de su muñeco Memo, consiguiendo que él se mueva y camine por la casa; y su madre Regina se asusta al ver a ese muñeco andando por las afueras de la casa. Y René esconde al muñeco que creó porque sospecha que su madre Regina quiere destruirlo. Cuando Marcelo ve a otras empleadas en la hacienda de su madre; Lorenza le explica a Marcelo que Juana y Felisa, molestas porque se fue Nacho acusado injustamente de intentar violar a Priscila, abandonaron el rancho y se fueron a vivir con Nacho y Nicolasa a su nueva casa. Y Juana y Felisa trabajan con Nicolasa en una huerta que tienen en la casa y después venden la fruta y todo lo que siembran, mientras que Nacho trabaja en la mina.
Marcelo descubre que Priscila y Silvana han manejado la hacienda a su antojo en su ausencia
Marcelo se enfurece al enterarse de que los mejores empleados se fueron por culpa de Priscila y Silvana y, además, descubre que Priscila se instaló en su cuarto. Por su parte, Romano y Renato (los hijos mayores de Regina) se pelean acusándose el uno al otro de haber embarazado a Molly, su nueva empleada, pero ella no quiere desvelar quién es el verdadero padre. Al día siguiente, Marcelo va a visitar a su amigo Nacho, pero en su nueva casa sólo encuentra a Nicolasa, que lo recibe de malas maneras y le exige que se vaya porque allí no está Nacho. Por el pueblo, Marcelo se encuentra con Juana y Felisa, que le abrazan nada más verle y le cuentan que se fueron porque Priscila culpó injustamente a Nacho de intentar violarla. Y Juana y Felisa le advierten a Marcelo que regresaran a trabajar con Doña Lorenza si Silvana y Priscila se fueran de allí. Mientras que, Silvana y Priscila reprochan a Lorenza que haya hablado con Marcelo mal sobre ellas para enemistarlos. Y al enterarse de que Ovidio (otro empleado de Lorenza) contó a Marcelo lo que ocurrió en su ausencia; Silvana y Priscila regañan duramente a Ovidio, que no las soporta, pero Doña Lorenza le convence para que siga trabajando en su hacienda lechera. Preocupado por el paradero de Lola; Marcelo, acompañado de su amigo Luis, va hasta el alto del yunque, descubriendo que han derrumbado la casona de Aquiles Barraza y han construido una gran casa muy lujosa y moderna, sin imaginarse quién será el heredero del viejo Barraza.
Marcelo pone en su lugar a Priscila y Silvana
Lorenza y Regina tienen otra discusión, ya que Regina la reprocha a Lorenza que se deje manipular por las insoportables de Priscila y Silvana, advirtiéndola que podría perder todo por culpa de ellas. Cuando intentan despedir a Ovidio; Marcelo enfrenta a Silvana y Priscila, exigiéndolas que no se atrevan de nuevo a despedir a los empleados de su madre Lorenza. Más tarde, Marcelo las advierte a Priscila y Silvana que él se va a quedar definitivamente en Horneros, en la hacienda de su madre Lorenza, por lo que Silvana y Priscila enfurecen, ya que querían irse a vivir a la capital. Mientras que, Lola y su tía Marta se hospedan en la nueva gran casa que construyeron en el alto del yunque. Por otra parte, Nicolasa les comenta a Juana y Felisa que Marcelo llegó a su casa con un amigo y que ella creía que iba con la intención de golpear a Nacho por intentar abusar de Priscila, además, Nicolasa vive con una gran amargura porque su marido Nacho no la hace caso porque está trabajando en la mina y por la noche se va a divertir a una cantina con otras mujeres.
Marta cree haberse enfrentado al fantasma de Aquiles Barraza
Regina le confiesa al Padre Cayetano que teme que el hijo que está esperando su empleada Molly sea de uno de sus hijos, ya que ella coqueteó con los cuatro. Como Don Pablo y su hija Mónica no pueden afrontar los gastos, al ver a Lola visitando las tumbas de su padres y su abuelo en el cementerio, ellos van a hablar con ella y la abrazan emocionados. Además, Lola ayuda económicamente a Mónica, ya que su hija está muy enferma y no han podido trasladarla al hospital porque en Horneros no disponen de un gran hospital. Invadidos por la curiosidad, los hijos menores de Regina (Ricardo y René) van hasta el alto del yunque y averiguar quién vive allí, por eso, René lleva su experimento, un muñeco que anda con una cámara integrada y, al verle caminando por su casa; Memo (el muñeco que construyó René) avanza por el jardín; y Marta, que oye ruidos extraños procedentes del exterior, se preocupa al ver a Memo, cree que se trata del fantasma de Aquiles Barraza, y le tira piedras para que se vaya y, como no lo consigue, es ella la que huye despavorida. Por su parte, Molly les dice a Romano y Renato que no sabe quién de los dos podría ser el padre del hijo que espera, pero ellos están casi seguros de que no pueden serlo.
Marcelo intenta hacerle recapacitar a Nacho
Nacho no acaba de estar cómodo con su nueva vida junto a Nicolasa y se desahoga en una cantina con su habitual amante del bar. Y Marcelo se entera por Juana y va a buscarle para hacerle entrar en razón, pero no consigue que Nacho regrese a trabajar a la hacienda porque no quiere volver a ver a Priscila, aunque afirma que él jamás intentó violarla. Después de ayudar a Mónica, llevando a su hija al hospital; Lola le ofrece a Pablo que trabaje para ella en su casa de lo alto del yunque. Marta, aún asustada, se esconde en su habitación para que el fantasma no la descubra y, cuando llega Lola, le cuenta lo ocurrido, y ella le quita importancia al asunto asegurándole que los fantasmas no existen. Mientras, Ricardo y René revisan las imágenes grabadas por Memo para saber quién vive en la mansión, pero ellos no consiguen darse cuenta de que se trata de Marta (la tía de Lola).
Fabián rehace su vida junto a Ubalda (la hija de Agapita y Teodoro)
Lola invita al Padre Cayetano a su nueva gran casa para contarle todo lo que le ha ocurrido. En una terraza del pueblo, Ubalda confiesa a sus padres (Agapita y Teodoro) que está embarazada y que se ha casado con Fabián Poncela, el padre de la criatura que espera, por lo que Doña Agapita comienza a insultarle, enfurecida por lo ocurrido. Por su parte, Priscila sigue discutiendo con Marcelo porque ella deseaba casarse en París en una boda llena de lujos, pero él prefiere una boda sencilla celebrada en Horneros. Al enterarse de que llegaron a Horneros unos ricos que se hospedaron en una casa que construyeron en el alto del yunque, Silvana y Priscila quieren conocerles, sin imaginarse que la dueña de la casa es Lola.
Lola se encuentra con Marcelo en el cementerio
En el cementerio, Lola se encuentra con Marcelo y se miran con deseo, curiosidad y alegría, fundiéndose en un tierno y deseado abrazo, sin embargo, se despiden sin abrir sus corazones y Lola le dice que no puede explicarle lo que ocurrió durante este tiempo con ella misma. Más tarde, Lola llega a su casa con Pablo, ya que le ofreció trabajo para que trabajara como su guardián en la casa.
Los Galeano intentan averiguar quién vive en la casa del alto del yunque
Doña Regina le pide a su empleada, Molly, que le diga cuál de sus cuatro hijos la embarazó, pero ella no se lo desvela, insinuándola que uno de ellos podría ser el padre. Como no han podido averiguar quién vive en la casa que construyeron el alto del yunque, y Pablo Ávila (que es el nuevo vigilante de esa casa) les recibe a las afueras de la casa y les cita para que se vean con la dueña de la casa la próxima noche para cenar, sin imaginarse que se trata de Lola. Por su parte, Marcelo y Lorenza vana a visitar a Juana y Felisa, a la que Lorenza las lleva regalos y las dice que las extraña desde que no están en la hacienda. Y Marcelo la aconseja a Nicolasa que se comporte de otra forma con Nacho, ya que le encontró amargado, al igual que lo está Nicolasa y, como Nacho no pasa casi por su casa con la excusa de su trabajo de minero, Lorenza le ofrece ayudarla, pero Nicolasa, enfurecida, la dice que no necesita su ayuda. Por la noche, Nacho visita la casa donde vive Nicolasa con su hija, y comienzan a discutir porque ella le recrimina que la sea infiel con mujerzuelas del bar.
Del 21 de junio al 2 de julio de 2010
por TVE1