Ana Layevska, a la conquista de España. La actriz ucrano-mexicana está en Madrid de vacaciones y analizando ofertas de trabajo, eso sí, siempre acompañada de su novio, Rafa Amaya. Ana no sabe cuánto tiempo estará en España, pues depende de las oportunidades que se le presenten.
Rafa, de 33 años, y Ana, de 28, por ahora comparten una habitación del hotel Ritz. De México, extraña visitar la casa de sus papás, el escaso tráfico de los domingos y comer con sus amigos en la Condesa, pero Ana Layevska está feliz en España disfrutando del presente y de su novio, el actor Rafa Amaya.
A la actriz la recordamos por haber protagonizado las telenovelas ‘Las dos caras de Ana’ y ‘Querida enemiga’. Ana viajó a Europa para reencontrarse con su pareja, quien trabaja desde hace tiempo en la Madre Patria. “Teníamos planes pero siempre se atravesaba algo. Ahora todo funcionó y por fin puedo disfrutar de este bello país y de mi novio”, comenta la actriz nacida en Ucrania.
El viaje a Madrid es más que una vacación para ella, pues al igual que Rafa está buscando continuar en España su carrera en la actuación. “Él trabaja en la conocida serie de televisión ‘Hospital Central’, y a la par estrenó la película ‘La piel azul’. España lo ha acogido muy bien. Yo me siento como en casa, porque estoy con él y tratamos de ir al cine, salir a comer, pasear, andar en bici y más”, confiesa Ana.
Un día típico de Ana en Madrid comienza con un buen desayuno, seguido de una vuelta al Parque del Retiro, pilates o estar con Rafa en sus grabaciones. “Pero si algo he aprendido de España es tomarme el tiempo para divertirme y salir. Y el país me ha sorprendido, en el buen sentido de la palabra. Aquí son gritones, pero definitivamente llevan esa sangre latina que nos une a todos. Sólo me desespera que se tomen su siesta y todos los establecimientos cierren a ciertas horas”, bromea Ana con una sonrisa.
Ana aprovechó el viaje para visitar a sus abuelitos que viven en Rusia, después de cinco años que no les veía. “Fue muy emotivo estar en la misma mesa que comía de chiquita. Fue un viaje de reencuentros y de emociones, nostálgico y feliz a la vez”.
El tiempo de la estancia en España va a depender de los planes de trabajo que se presenten, mientras tanto Ana disfruta de los lugares turísticos. “Me encanta pasear por la Gran Vía y la Puerta del Sol”, puntualiza la actriz, que se muestra como una mujer natural y encantadora.
-¿Conocías España?
No, es la primera vez que vengo y me está encantando. Llegué dos meses a Madrid y he estado en Toledo y Sevilla. A Barcelona aún no he ido, pero lo haré. Además, he realizado un viaje a mi tierra, Kiev (Ucrania), donde visité a mis abuelos, a quienes no veía desde hacía cinco años, y estuve estudiando algunas ofertas de trabajo allí.
-¿En qué ciudad te sientes más cómoda, en Madrid o en Kiev?
No se puede comparar, pues allí se vive de otra manera y tienen otros valores. Aquí me siento muy cómoda, tanto por compartir idioma como por su gente. En España son más cálidos que lo que creía, porque se dice que son bruscos y toscos.
-¿Te ha reconocido mucha gente paseando por la calle?
Sólo los latinos. Me gusta que me paren lejos de México.
-¿Qué estás disfrutando más?
Caminar por la calles, allí no se puede hacer. Aunque también estoy gozando con la comida. Los quesos son una delicia.
-¿Has vivido la noche madrileña?
Sí. La ciudad de noche se trasforma, pero tengo que reconocer que sólo soy ave nocturna para estudiar, trabajar o leer. Vivo más el día.
-¿Te has sentido extraña en algún momento?
No, porque aquí tienen hasta salsas picantes para las comidas y yo no puedo vivir sin ellas. Lo único que extraño es a mis amigos, tener más salas de cine donde poder ver películas en versión original y conducir, que me gusta bastante.
-¿Hasta cuándo tienes pensado estar en España?
Todo depende de unas propuestas de México. Empiezo el rodaje de una película en octubre y ahora debo ir a concretar unos asuntos.
-¿Te ayuda que Rafael Amaya, tu novio, esté ya trabajando en España?
No, él está empezando y bastante tiene con lo suyo.
-Se ha publicado que os habéis casado. ¿Es cierto?
No, de hecho me quedé impactada cuando lo leí por internet y lo desmentí en mi página de Twitter.
-¿Y por qué has decidido dar explicaciones?
En primer lugar porque se comentó que estábamos desaparecidos y no es verdad. Rafa está trabajando en España y me veo en la obligación de reconocerlo. Y por otro lado, porque es simplemente mentira.
-El día que te cases, ¿lo anunciarás?
Sí, no tendré ningún problema en decirlo; ni tampoco en desmentirlo.
-Os conocisteis grabando ‘Las dos caras de Ana’, ¿qué te sedujo de él?
Su ternura y sensibilidad. Somos distintos, pero nos entendemos bien.
-¿Sueñas con el día de tu boda?
Me gustaría que fuera en Miami, porque fue donde nos conocimos. Pero ya me siento casada, aunque no exista un papel que lo avale.
-Y los niños, ¿para cuándo?
En unos tres años. O me pongo un límite o nunca encuentro el momento ideal.
Rafa, de 33 años, y Ana, de 28, por ahora comparten una habitación del hotel Ritz. De México, extraña visitar la casa de sus papás, el escaso tráfico de los domingos y comer con sus amigos en la Condesa, pero Ana Layevska está feliz en España disfrutando del presente y de su novio, el actor Rafa Amaya.
A la actriz la recordamos por haber protagonizado las telenovelas ‘Las dos caras de Ana’ y ‘Querida enemiga’. Ana viajó a Europa para reencontrarse con su pareja, quien trabaja desde hace tiempo en la Madre Patria. “Teníamos planes pero siempre se atravesaba algo. Ahora todo funcionó y por fin puedo disfrutar de este bello país y de mi novio”, comenta la actriz nacida en Ucrania.
El viaje a Madrid es más que una vacación para ella, pues al igual que Rafa está buscando continuar en España su carrera en la actuación. “Él trabaja en la conocida serie de televisión ‘Hospital Central’, y a la par estrenó la película ‘La piel azul’. España lo ha acogido muy bien. Yo me siento como en casa, porque estoy con él y tratamos de ir al cine, salir a comer, pasear, andar en bici y más”, confiesa Ana.
Un día típico de Ana en Madrid comienza con un buen desayuno, seguido de una vuelta al Parque del Retiro, pilates o estar con Rafa en sus grabaciones. “Pero si algo he aprendido de España es tomarme el tiempo para divertirme y salir. Y el país me ha sorprendido, en el buen sentido de la palabra. Aquí son gritones, pero definitivamente llevan esa sangre latina que nos une a todos. Sólo me desespera que se tomen su siesta y todos los establecimientos cierren a ciertas horas”, bromea Ana con una sonrisa.
Ana aprovechó el viaje para visitar a sus abuelitos que viven en Rusia, después de cinco años que no les veía. “Fue muy emotivo estar en la misma mesa que comía de chiquita. Fue un viaje de reencuentros y de emociones, nostálgico y feliz a la vez”.
El tiempo de la estancia en España va a depender de los planes de trabajo que se presenten, mientras tanto Ana disfruta de los lugares turísticos. “Me encanta pasear por la Gran Vía y la Puerta del Sol”, puntualiza la actriz, que se muestra como una mujer natural y encantadora.
-¿Conocías España?
No, es la primera vez que vengo y me está encantando. Llegué dos meses a Madrid y he estado en Toledo y Sevilla. A Barcelona aún no he ido, pero lo haré. Además, he realizado un viaje a mi tierra, Kiev (Ucrania), donde visité a mis abuelos, a quienes no veía desde hacía cinco años, y estuve estudiando algunas ofertas de trabajo allí.
-¿En qué ciudad te sientes más cómoda, en Madrid o en Kiev?
No se puede comparar, pues allí se vive de otra manera y tienen otros valores. Aquí me siento muy cómoda, tanto por compartir idioma como por su gente. En España son más cálidos que lo que creía, porque se dice que son bruscos y toscos.
-¿Te ha reconocido mucha gente paseando por la calle?
Sólo los latinos. Me gusta que me paren lejos de México.
-¿Qué estás disfrutando más?
Caminar por la calles, allí no se puede hacer. Aunque también estoy gozando con la comida. Los quesos son una delicia.
-¿Has vivido la noche madrileña?
Sí. La ciudad de noche se trasforma, pero tengo que reconocer que sólo soy ave nocturna para estudiar, trabajar o leer. Vivo más el día.
-¿Te has sentido extraña en algún momento?
No, porque aquí tienen hasta salsas picantes para las comidas y yo no puedo vivir sin ellas. Lo único que extraño es a mis amigos, tener más salas de cine donde poder ver películas en versión original y conducir, que me gusta bastante.
-¿Hasta cuándo tienes pensado estar en España?
Todo depende de unas propuestas de México. Empiezo el rodaje de una película en octubre y ahora debo ir a concretar unos asuntos.
-¿Te ayuda que Rafael Amaya, tu novio, esté ya trabajando en España?
No, él está empezando y bastante tiene con lo suyo.
-Se ha publicado que os habéis casado. ¿Es cierto?
No, de hecho me quedé impactada cuando lo leí por internet y lo desmentí en mi página de Twitter.
-¿Y por qué has decidido dar explicaciones?
En primer lugar porque se comentó que estábamos desaparecidos y no es verdad. Rafa está trabajando en España y me veo en la obligación de reconocerlo. Y por otro lado, porque es simplemente mentira.
-El día que te cases, ¿lo anunciarás?
Sí, no tendré ningún problema en decirlo; ni tampoco en desmentirlo.
-Os conocisteis grabando ‘Las dos caras de Ana’, ¿qué te sedujo de él?
Su ternura y sensibilidad. Somos distintos, pero nos entendemos bien.
-¿Sueñas con el día de tu boda?
Me gustaría que fuera en Miami, porque fue donde nos conocimos. Pero ya me siento casada, aunque no exista un papel que lo avale.
-Y los niños, ¿para cuándo?
En unos tres años. O me pongo un límite o nunca encuentro el momento ideal.